martes, 20 de septiembre de 2011

nuevo.


van a pasar estos días. y no quiero al final ... porque tengo miedo y yo no me quiero olvidar... de nada, de nada.


y al final quiero no perder la memoria frágil que tengo. y no tener miedo de que llegue un momento en que dude si me acuerdo de ti o de un recuerdo que pensé que tuve.

Y aunque la culpabilidad me la pueda llevar dentro.. no va a invadir tu espacio... quizás tú me ayudes a sacarla de ahí, tan mal que se siente al no entederla.. y también tú me ayudarás a hacerlo.. y así desaparecerá.

Pero prometo que te tengo en el corazón que late queriendo soltar cada recuerdo que tuvimos... y no me voy a despedir de ti nunca, porque estás..y así quiero que estés siempre.




jueves, 8 de septiembre de 2011

Ciego - cielo.


Esa, la capacidad de pasar por al lado tuyo, conociéndote y que no te saluden, que te hace pensar en cómo va la gente por la calle, el mismo camino, el mismo número de locomoción, todo lo mismo que no se puede pensar en que ¡a mitad de camino te puedas encontrar con otra cosa! ... ná, la gente ya no observa, se conocen las puertas y ventanas de las casas de memoria pero nada de los techos.

domingo, 19 de junio de 2011

City


Es como querer caminar toda tu vida con alguien a tu lado, cuando estás solo te sientes raro, chocas con la gente, no sabes dónde ir, no hay nada, ningun vector que te vuelva a redireccionar, todos te miran como nunca lo hicieron y tu no sabes que más hacer. Sientes que lo que dolió una vez vuelve a doler tres, cuatro hasta más de cinco veces por segundo y la duda se queda como si algo se clavara en la cabeza sin querer salir, ya no son cosas lindas para pensar, ya te sientes un poco cansado y quieres arrancar, pero antes necesitas gritar y decir unas cuantas verdades que no te atreves ni a pensarlas, entonces sólo quieres salir corriendo por la puerta más cercana a tu nariz, y si no hay nada más que hacer... mejor te sigues callando y no abras esa boca que para lo único que sirve es............ para eso, y ni eso causa placer.

viernes, 25 de marzo de 2011

Y al final...


Tuve que cambiar el concepto, dejé las montañas y me vine al mar, es como extrañar cada día un poco más lo que vi, lo que conté, lo que sentí, sola, tranquila, con paz, en cada hoja, en cada mirada, cada paso que uno daba por la ciudad se sentía retumbar en ecos minúsculos por cada rincón de las calles, era preciso, no habían disturbios y nadie aceleraba a nadie. Era como tocar la esencia que tiene una hoja encorvada para distinguir su sombra y su luz, sus contrastes y la fuerza que puede llegar a tener hasta que la recoja el otoño de un nuevo año, todo sostenía un peso igual, nada perdía su equilibrio, pero cuando sucede que algo se cae o se rompe, una de las partes tiene que salir a buscar otro lugar para seguir, a experimentar otras cosas, a leer las manos del mar que tocan violentas a la arena, la arena que se recoge junto a la orilla y el viento que se mezcla con todo, es así este puerto, una mezcla de gente, de ambientes, de casas, un desordenado lugar como para ver siempre por la ventana, la gente pasa, el tiempo corre más rápido que nunca, la gente sale a trabajar y todos se conocen, cuesta adaptarse, cuesta tener que tomar el omnibus y decir una dirección que no conocías, cada día es como un ritual, hermoso... pero ritual, las cosas van tomando un lugar y si no... se les hace uno. Todos los días se vuelve a pensar en algo, llega a la memoria la nostalgia de un recuerdo, de un lugar, del cielo y su luz, pero todo lo decidimos nosotros, y sentimos acercarnos más y más, guardamos cosas, lo más que podemos, pero siempre aprendemos, extrañamos y crecemos, es lo bueno de compartir experiencias, de hacerlas de uno mismo, ¡son! de uno, son cosas que vivimos... y aunque la vida muchas veces nos parezca extraña, al final... suele ser bueno cambiar el concepto.

domingo, 2 de enero de 2011

Una vez más.


Son rituales de palabras con significados, como cuando deseamos tanto, como cuando creémos más de lo que vemos, quizás los sueños se unen con las palabras del día, con el silencio que es aún más terrorífico si es que es tuyo, son rituales que nos arrancan la fé de un sólo cuajo, nos mueven y sentimos que tenemos un camino que recorrer, aún sin saber dónde llegar.
Lavamos nuestra alma al mojarnos con palabras sinceras, renovamos nuestros sentimientos sin saber lo que deseamos antes, nos quedamos bajo el sol que nos ve girar un día más.
Ese brillante que tenemos en el alma y que no queremos dejar de lado, algo nos cuida y nos proteje, nos sentimos aliviados, llenos de amor.
Una fuente con agua que salga de la Tierra, un hilo delgado transparente que venga desde el cielo a caer sobre nosotros como una bendición de amor eterno, es sólo creer.

viernes, 1 de octubre de 2010

Algo así como "Dear Prudence"


Lo más probable que no tenga nada que ver, quizás el cielo siempre estuvo ahí y el eje del mundo cambiaba de vez en cuando, todo dependía de que ojo miraba transparentemente por el lente de una cámara. El cambio era bueno y ahora sé que no quiero cambiar más, las cosas comenzaban a dañar tanto en su punto básico de ellas mismas, tuve que cerrar los ojos y pensar que esto pasaría tan rápido como los tontos tonos de alguna llamada, no fue así, los tuve que abrir, abrir mi ojo izquierdo, mirar a través de un lente, no sé ni cual me convenía, pero lo hice así, elegí, tuve mi propio momento, único, y fue eso, fue así. Algo siempre nos hace extrañar otras cosas.

domingo, 22 de agosto de 2010

Como un relato.


Del sueño a abrir los ojos, mirar hacia el primer punto donde todo mi cerebro apunta, no sé si lo reconozco todo al momento exacto que abro los ojos o si tardo más de lo que pienso en creer que de verdad estoy despierto. El desayuno y las noticias, a veces una que otra cosa, pero casi siempre es lo mismo, a veces unos minutos más y otras veces me olvido que debo tomar el bus y moverme rápido para salir a escabullirme entre toda esa gente, nada más entonces, los fonos y una musiquita tranquila que me haga olvidar todo lo que puedo ver sin ellos.