lunes, 11 de enero de 2010

Siempre en flor

Gorilas son los cerros. No era cuestión de segundos, minutos, horas, días, semanas o meses, era cuestión de amar. Las ganas se iban esfumando cuándo reaparecía como humo de algún camión en la ciudad, como un camión recién echándole nafta al estanque, como encontrarse un crisantemo en una gasolinera, como echar todo al olvido por una patente extranjera. Son historias de gasolinera, que muchos se van y pocos se quedan, que un café allá, que un cigarro acá, que la música, que el mail, que las ciudades, que el país, que el contacto, que el amor... que el olvido. ¿Deja vu? quizás a la inversa.

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